[¡Bienvenido al Sanctum Corazón Sombrío!]
[¡Buena suerte! ¡Porque tu alma está ahora atrapada dentro de estas paredes!]
—Este lugar se siente vivo —murmuró Alex, examinando las paredes.
El corredor que se extendía adelante parecía interminable, tallado en obsidiana pulida que reflejaba imágenes tenues y distorsionadas de sus alrededores.
Extraños patrones ondulantes recorrían las paredes como venas, brillando tenuemente en rojo antes de desvanecerse en la oscuridad.
El suelo bajo sus pies era irregular, agrietado como por una fuerza antigua, y el aire era pesado, llevando un calor opresivo que presionaba sus pulmones.
Alice ajustó su agarre en su arco con punta helada, sus ojos agudos moviéndose por la habitación.
—Este es el Reino Secreto más extraño hasta ahora —murmuró.
Alex asintió.
Su intuición hormigueaba, una advertencia constante del peligro acechando más allá de la vista.
Cada paso que daban hacía eco, el sonido rápidamente tragado por la atmósfera opresiva.