—Déjame explicarte más sobre el Juicio de la Sangre de Dragón —gruñó Alphox, con voz baja y áspera—. Vas a necesitar los detalles ya que tienes los objetos de todos modos.
—Bien —asintió Alex, manteniéndose firme a pesar de la inquietud que le recorría la espalda.
Alphox chasqueó sus garras, y el aire a su alrededor cambió.
El vacío sombrío del [Espacio de Mascota de Sombra] desapareció, reemplazado por un campo de batalla masivo empapado en caos.
—¿Qué demonios... desde cuándo puedes hacer eso? —soltó Alex, mirando alrededor.
—Ahora soy nivel 750 —dijo Alphox con indiferencia, moviendo sus garras como si restara importancia—. Mi espacio de mascota sombría se mejora junto conmigo. Pero eso no es importante. Mira esto.
El escenario ante Alex era abrumador.
Dragones de todos los colores y tamaños chocaban contra innumerables guerreros y bestias.
El suelo temblaba con cada golpe, y el cielo era un frenesí de fuego, relámpagos y oscuridad.