En el momento en que Kaelios chasqueó los dedos, el mundo alrededor de Alex cambió por completo.
El vibrante jardín lleno de flores y estatuas se disolvió en un vórtice arremolinado de sombras y cenizas, dejándolo desorientado por un breve segundo.
Los pies de Alex golpearon con fuerza el suelo, e instantáneamente notó que el aire estaba cargado con el hedor del azufre y la putrefacción.
[Has entrado en el Páramo Abismal.]
[Advertencia: Esta es un Área de Nivel 8. Nivel Recomendado: 1000.]
Sacudiéndose la ceniza adherida a su armadura, Alex examinó sus alrededores.
La tierra era una extensión árida de rocas de obsidiana irregulares y ríos de lava fundida, extendiéndose sin fin en todas direcciones.
El cielo sobre él se agitaba con nubes negras y rojas amenazantes, crepitando con ocasionales rayos de oscuridad.
Cada respiración estaba cargada de calor, haciendo la atmósfera opresiva.
—Páramo Abismal —murmuró Alex, su voz tranquila a pesar del ambiente hostil.