—¿Quién... o más bien, qué eres tú?
—No intentes mentir.
La voz de Kaelios resonó, impregnada de poder y determinación.
Los instintos de Alex le gritaban que permaneciera en silencio o que mintiera para salir de esta situación.
No estaba dispuesto a entregar sus planes a un dios, incluso a uno aparentemente indiferente como Kaelios.
Pero entonces...
—Solo para asegurarme.
Con un chasquido de sus dedos, Kaelios activó una de sus habilidades: Escalas de la Verdad.
Un panel dorado se materializó frente a Alex, brillando ominosamente.
[Has sido afectado por "Escalas de la Verdad."]
—Detectaré automáticamente si estás mintiendo, y si lo haces... digamos que no habrá resurrección.
Alex se congeló, sus pupilas encogiéndose.
Nunca las apuestas habían sido tan altas.
El aire a su alrededor se volvió denso con tensión mientras el sudor goteaba por su rostro.
Había caído directamente en la trampa de un dios.
—¿Y bien?