La fase de preselección debía comenzar en dos días.
Al menos, eso decía el programa.
Pero ahora que el templo estaba lleno, con cada participante encerrado en sus respectivos pasillos y habitaciones, el juicio ya había comenzado.
Alex se apoyó contra la pared manchada de sangre, con los brazos cruzados, evaluando la situación.
—Entonces... ¿eso significa que el juicio oficial comienza en dos días?
—Probablemente —respondió Alphox.
Su voz era tranquila, firme, pero había un matiz en ella, uno que Alex había empezado a notar más y más desde que estaban aquí.
—Si ese no fuera el caso, habrían dejado el templo abierto para más participantes. Mi suposición es que decidieron que no necesitaban a nadie más y comenzaron antes.
—Hubiera sido bueno tener un poco más de tiempo.
Lo que le sorprendió no fue solo el inicio repentino del juicio, sino Alphox mismo.