Capítulo 308: La Gratitud de Los Ángeles, Rumbo al Palacio Dorado

—Ni de puta manera.

—No puede haberse ido...

—Este humano es...

Los Ángeles gritaban, sus voces llenas de miedo y admiración.

Algunos miraban a Alex con incredulidad.

Mientras otros parecían incapaces de procesar lo que acababa de suceder.

Alex había escuchado las historias antes, ya que pasó mucho tiempo luchando contra muchas razas en su vida pasada.

Historias de cómo nadie regresaba jamás del Abismo.

No importaba si eran mortales, demonios o algunos de los seres más poderosos del Descenso Universal.

Una vez que alguien entraba en ese lugar maldito, nunca más se le volvía a ver.

Esa regla también se aplicaba a los Ángeles.

Durante miles de años, se habían visto obligados a ofrecer sacrificios mensuales al Dios del Abismo, Varyn.

Sus ofrendas consistían en monstruos capturados, pero a veces no tenían más remedio que sacrificar también a los suyos.

Odiaban el Abismo con cada fibra de su ser.