Capítulo 335: Engañando a un Dios, El Poder del Orbe de la Pureza

El orbe del [Cataclismo Destinado] explotó justo en la cara de Alex, sacudiendo el campo de batalla con llamas doradas y sellando el combate.

Kaelios, el Dios del Destino, bajó sus armas y dejó escapar una pequeña risa.

—Eso fue mejor que lo usual —admitió—. Realmente me tomaste por sorpresa por un momento.

—Un poco más, y me habrías forzado a usar mi Habilidad Prohibida.

Siguió el silencio.

Kaelios frunció el ceño.

Era extraño: normalmente, Alex respondería, haría algún comentario sarcástico, o al menos gruñiría de frustración después de otra derrota.

Pero ahora, no había nada.

Inclinó su cabeza.

—¿Humano?

Aún sin respuesta.

Kaelios dio un paso adelante, su curiosidad creciendo.

La explosión debería haber matado a Alex, pero en este dominio, él no podía morir realmente.

Siempre volvería, una y otra vez.

Entonces, ¿por qué no había reacción esta vez?

Kaelios suspiró y se dio la vuelta, decidiendo regresar a su estructura para descansar.