Con la llegada de Alphox, el [Dragón de Sombra Primordial], y Astolf, el [Rey No Muerto], un destello de confianza surgió en el pecho de Alex.
No eran tan fuertes como él, y sabía con certeza que si cualquiera de ellos se enfrentara directamente al Demonio del Odio, no durarían mucho.
Pero ahora mismo, su sola presencia lo hacía sentir un poco más seguro.
Sin embargo, esa seguridad no duró mucho.
¡SWASH! ¡SLAP!
La [Abominación del Infierno] arremetió con sus enormes tentáculos de carne, azotándolos hacia los tres guerreros que se habían reunido sobre su grotesca forma.
Los ataques eran implacables, gruesas masas de músculo y carne golpeándose entre sí en un intento por aplastarlos.
Pero ninguno de ellos era lo suficientemente lento como para ser atrapado.
Alex ya había predicho el ataque, así que se movió antes de que llegara, torciendo su cuerpo hacia un lado y atravesando el aire con el poder de sus alas.