Confesión (II)

—Porque no quiero perderte —respondió Davian sin ninguna vacilación.

A Grace le habría encantado creer que todo esto era algún tipo de broma que él le estaba gastando, o tal vez que todo lo que estaba sucediendo entre ellos era un sueño, pero no podía ignorar la verdad que estaba justo frente a ella.

Podía ver la verdad en sus ojos mientras la miraba, escuchar la verdad en sus palabras cuando hablaba, y sentir la verdad en la forma en que extendió la mano para acunar su rostro con la palma.

—Estoy siendo tan honesto como puedo, Grace. Me gustas... mucho... y no es algo que sucedió de la noche a la mañana. Me has gustado desde hace un tiempo. Todo lo que quiero es quedarme contigo y protegerte con todo lo que tengo. Por favor, déjame hacerlo.