—¡Vaya! Esto es una locura —Grace anunció mientras se dejaba caer en el suelo cubierto de hierba y contemplaba el hermoso cielo despejado. La cálida luz del sol y la suave y fresca brisa eran la combinación perfecta para disfrutar del clima.
—Este lugar se sentirá como el paraíso cuando llegue el apocalipsis —murmuró mientras mantenía la mirada fija en el cielo. Justo en ese momento, escuchó el sonido de aleteo antes de que una voz familiar se registrara en su oído.
—Necesitas trabajar más duro para mantener este lugar como un paraíso.
Cerró los ojos e inhaló profundamente. Segundos después, finalmente los abrió y se movió a una posición sentada, volteándose para enfrentar a la pequeña criatura. —¿Podrías no hablar como si no hubiera estado trabajando incansablemente durante los últimos tres días?
—Tres horas —2025 respondió con monotonía.
Grace miró a la criatura mientras le recordaba: