El suave golpeteo de la lluvia contra la ventana era el único sonido en la habitación mientras Grace se ponía apresuradamente su ropa. Su corazón latía con fuerza, no por miedo sino por el torbellino de emociones y revelaciones que caían sobre ella.
La noche anterior había sido diferente a cualquier cosa que hubiera experimentado antes, y ahora, enfrentada a las consecuencias, no sabía cómo sentirse.
Tomó su teléfono de la mesita de noche, el brillo de la pantalla casi cegándola en la habitación tenuemente iluminada. Su respiración se entrecortó y se quedó inmóvil cuando notó que Rune se movía ligeramente en la cama, con su brazo extendido hacia el espacio vacío que ella acababa de abandonar.
Se quedó allí conteniendo la respiración, esperando ver si él se despertaba, pero él solo suspiró suavemente y volvió a dormirse. Mirando su expresión pacífica, sintió algo profundo agitándose dentro de ella.