País K (II)

—¿No vamos a regresar? —preguntó Davian cuando notó que Grace pedía las llaves del camión a uno de sus hombres.

Había pasado más de una hora desde que llegaron al País K. Él abrió un portal hacia un pasillo de un hotel donde se había hospedado antes. Y cuando entraron en ese pasillo de la nada, Grace se encargó de las cámaras que estaban cerca con la ayuda de 2025.

Al salir del hotel, tomaron un taxi y llegaron al almacén donde se guardaban los barcos. Todos los barcos gigantes estaban reunidos allí según las órdenes de Davian.

Había un barco de carga, un crucero personalizado, cinco yates, cinco barcos militares personalizados, cinco barcos pesqueros, un rompehielos, remolcadores, veleros, lanchas rápidas, casas flotantes y, finalmente, algunos botes pequeños.

Este pedido costó la asombrosa cantidad de quince mil millones, pero Grace no sintió dolor al hacer el pago. Fue porque sabía que estos barcos serían los que salvarían su vida en el futuro.