—Davian, por favor.
Grace apenas podía creer que la voz que actualmente le hablaba a Davian King Parker realmente le pertenecía a ella. Nunca supo que podía sonar tan dulce. Escucharlo casi le daban ganas de vomitar.
Reprimiendo el asco que sentía, continuó presionando al hombre rígido que estaba frente a ella. Acababan de terminar su cena y finalmente le había pedido ayuda, y aunque él siempre había sido alguien dispuesto a ayudarla, no era el caso en este escenario particular.
—No significa no, Grace. Puede que confíes en ese doctor, pero yo no. No te dejaré correr un riesgo tan grande —el tono de Davian era estricto mientras hablaba, dejando bastante claro que no tenía intención de acceder a su petición.
—Davian, puedo ver que él se toma este asunto en serio. Te prometo que estaremos de vuelta antes del amanecer. Solo ayúdanos esta vez. Por favor —intentó presionarlo para que aceptara.