Cincuenta y nueve segundos
El aire pareció congelarse.
Cuarenta
Una gota de sudor rodó por la sien de alguien.
Treinta
Los corazones comenzaron a latir más fuerte que cualquier reloj, o incluso que el temporizador que estaba haciendo la cuenta regresiva.
Quince
La habitación contuvo la respiración.
Diez
La tensión se volvió asfixiante mientras comenzaba la cuenta regresiva final de los nueve segundos restantes. Cada segundo arrastraba al mundo más cerca de lo que parecía el borde de la existencia. Cada número cargado con el temor de un final inevitable.
Nueve
Ocho
Siete
Seis
Cinco
Cuatro
Tres
Dos
Uno
Cero
¡FIN!
Pero no pasó nada.
No hubo terremoto. No hubo erupción volcánica. No hubo lluvia apocalíptica. No hubo hordas de muertos vivientes. El mundo permaneció inquietantemente, imposiblemente quieto.