El mundo fuera de la Unidad 2203 se estaba desmoronando rápidamente. La Lluvia de Sangre acababa de terminar, y con ella llegó la horrorosa transformación de aquellos desafortunados que fueron atrapados en su carmesí aguacero.
Desde la ventana del suelo al techo de la sala de estar, Grace y su equipo observaban la escena de abajo. Los residentes, que habían sido atrapados en la lluvia momentos antes, ahora se retorcían de agonía. Sus cuerpos se contorsionaban de manera antinatural. Un tono verdoso enfermizo se extendía por sus venas, y sus ojos comenzaban a vidriarse con un brillo blanco lechoso. Sus dientes se alargaban en puntas dentadas, y sus uñas se afilaban en garras capaces de desgarrar carne.
Solo tomó minutos para que se transformaran por completo, y cuando lo hicieron, las calles descendieron al caos. Los gritos resonaban por el vecindario mientras los recién convertidos zombis se abalanzaban sobre cualquiera a la vista, su hambre insaciable.