Un Año Desde el Desastre de la Lluvia
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El mundo cambió durante este largo período.
Pero no el invierno volcánico que aún se cernía, envolviendo el cielo en una inquietante neblina gris.
Durante este año, la mayoría de las ciudades habían caído en silencio. Sus calles estaban sepultadas bajo capas de ceniza, hielo y descomposición. Los infectados ahora gobernaban estas tierras —sin mente, incansables y siempre cazando nuevas víctimas.
Los supervivientes estaban muertos, escondidos o luchando para labrarse un lugar para sí mismos.
¿Grace?
Ella estaba luchando... literalmente.
* * *
La pequeña ciudad frente a ella no era más que un cementerio.
Los edificios se alzaban en siluetas rotas, ventanas destrozadas y fachadas desmoronadas dándoles el aspecto de cadáveres con la boca abierta.
El viento aullaba a través de los restos esqueléticos de la civilización, y también traía consigo los gemidos distantes de los no muertos.