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Fue el sonido de constantes alertas en su teléfono lo que sacó a Grace de las profundidades de su sueño. Parpadeó contra la tenue luz que llenaba la habitación, sintiéndose momentáneamente desorientada.
Pero a medida que pasaban los segundos y su enfoque se ajustaba a su entorno, los recuerdos de la noche anterior comenzaron a asentarse. Recordó los fuertes brazos de Davian a su alrededor, el suave toque de Kian y los habituales comentarios burlones de Rune que acompañaron la noche hasta que terminó quedándose dormida. Su calidez aún persistía en el aire, pero no había señal de ninguno de los tres.
Tomó su teléfono y notó que ya eran las ocho y diez de la mañana, y las alertas que escuchó momentos antes pertenecían a las notificaciones de recientes noticias de última hora.