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Más tarde esa noche, cuando Grace salió del Reino Infinito después de pasar otra hora allí, encontró el apartamento en silencio.
Su mirada se posó en el reloj de pared y se dio cuenta de que era casi medianoche, lo que le hizo comprender la razón del silencio y la falta de actividades.
En lugar de irse a la cama, se sirvió un vaso de agua tibia y se acercó a la ventana del suelo al techo para contemplar la vista familiar del exterior.
Mientras bebía el agua, su mente saltaba de una cosa a otra. Todavía estaba perdida en sus pensamientos cuando sus oídos registraron el suave sonido de una puerta abriéndose antes de que alguien entrara al pasillo.
Una sonrisa se extendió por sus labios mientras esperaba que la persona llegara a la sala de estar y la encontrara. No estaba segura de cuánto tiempo pasó - unos segundos o minutos, pero luego sintió unos fuertes brazos rodeando su cintura desde atrás antes de que alguien la abrazara.