Capítulo 55: El Punto de Inflexión del Humano

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Otro silencio cayó sobre la reunión, pero esta vez, no fue por la gravedad de la situación, sino por la sorpresa ante la audacia y franqueza de Filipo.

La expresión del anciano a la cabeza de la mesa se había oscurecido por completo, pareciendo incluso contener un claro indicio de ira.

—Profesor Filipo, debo recordarle que ha sido invitado como consultor biológico, ¡no como sociólogo o experto en guerra! Además, el País del Este simplemente tuvo la buena fortuna de poseer un formidable Elegido, su gente está indefensa contra el Demonio de Sangre, mientras que nuestra gente está armada y ha formado equipos de autodefensa para el combate. ¡Creo que la victoria será seguramente nuestra! —Su palma se cerró en un puño y golpeó con fuerza, como intentando imbuir sus palabras con mayor persuasión.