Este largo discurso, junto con la pregunta final, dejó a los compañeros de Joey en silencio.
Sintieron la incomodidad de Joey o, más bien, su miedo.
Después de una larga pausa, uno de los compañeros finalmente tomó aire y preguntó con cierta dificultad:
—Joey, ¿estás preocupado de que el Salvador, quiero decir el Sr. Shen, no pueda rescatarnos? Eso no debería ser así, ¿verdad? El Demonio de Sangre está tan aterrorizado de él, y ya ha salvado a tantos países. ¿No lo han reportado las noticias?
—Espero que él también pueda, pero este lugar es diferente a esas regiones, y si toda nuestra confianza está construida únicamente en él, entonces si él falla, aunque sea ligeramente, toda nuestra confianza se derrumbará por completo —Joey mostró una expresión amarga.
Sí, esta era su mayor preocupación.