—Deberías saber que, en el apogeo de su civilización, había millones de Elegidos, ¡y no había ni uno solo Mítico!
—Además, ¡este Talento era tan poderoso, tan dominante!
—Incluso ahora, no se atrevían a recordar lo que acababan de sentir, pues el mero pensamiento podría hacer que todo su sentido de identidad colapsara, ¡incluso transformándose en un sirviente o marioneta que ofrecería locamente su ser, ofrecería todo!
—Esto no era porque el Talento de la otra parte fuera tan malévolo, ¡sino simplemente porque la diferencia de estatus era tan grande que no podían soportarlo!
—Habiendo firmado un contrato de alma con tal entidad, aunque todavía eran débiles, la naturaleza de las cosas había cambiado por completo.
—Un indicio de rebelión podría traer consecuencias insoportables.
—¿Erin es quien camina por el Camino de la Vida, verdad? —Shen Hao estaba en este momento discerniendo más las diferencias entre las dos almas, y habló con indiferencia: