—¡Maldito mocoso! —Rudolph apretó los puños, con los ojos ardiendo de furia.
En ese momento, no deseaba nada más que despedazar a Luca.
Era el momento crítico del plan del culto, y este pequeño mocoso había bloqueado todas sus rutas de escape, dejándolo sin más opciones que rendirse.
Pero no había manera de que Rudolph aceptara eso.
Un destello frío brilló en sus ojos mientras tomaba una sombría decisión.
Si así estaban las cosas, ¡entonces no tenía más remedio que abrirse paso a la fuerza!
—¡Está intentando escapar! ¡Todos, tengan cuidado! —Luca notó el cambio en la expresión de Rudolph y rápidamente advirtió a los demás.
Pero antes de que alguien pudiera reaccionar
¡¡Boom!!
Una poderosa oleada de energía estalló desde el cuerpo de Rudolph.
La prisión de relámpagos que lo rodeaba se hizo añicos al instante, ¡y la maldición de silencio en su frente se rompió!