Tan pronto como Susie entró en el dormitorio, su atención fue inmediatamente atraída por la lujosa cápsula de juegos que irradiaba una fuerte sensación de tecnología futurista.
—¡Luca, ¿cuándo compraste una cápsula de juegos?! —exclamó, con la boca abierta de sorpresa.
Sabía que incluso la cápsula de juegos más barata costaba cientos de miles, y aunque la familia de Luca estaba bien económicamente, seguían siendo una familia común. ¿Cómo podían permitirse algo tan extravagante?
Su mente estaba llena de preguntas, pero no recibió respuesta de Luca.
Susie miró hacia la cama y vio que Luca seguía profundamente dormido, con la cabeza enterrada bajo las sábanas. Sintió una oleada de frustración y dio un fuerte tirón a la manta. —¡Deja de fingir! Dime, ¿cuándo compraste la cápsula de juegos?
Luca se dio la vuelta, murmurando:
—Vendí algo de equipo... deja de molestarme, déjame dormir un poco más...