Capítulo 83: "Madre, ¿Creo que estoy enamorada? ¡Dragón Blanco de Invierno!

Justo cuando Orf estaba abrumado por la conmoción, la enorme espada del Emperador Esqueleto cayó con fuerza.

Algunos de los espectadores cerraron instintivamente los ojos, incapaces de soportar la visión de la tragedia que creían estaba a punto de desarrollarse.

Sin embargo, para su sorpresa, la espeluznante escena de sangre y vísceras que habían imaginado nunca apareció.

Una mano esbelta y pálida —marcada con intrincados patrones plateados— se extendió repentinamente y, sin ninguna gran demostración, detuvo sin esfuerzo la gigantesca espada en seco.

¡Boom!

En el momento en que colisionaron, una onda expansiva aterradora estalló, barriendo la sala. Centrado alrededor de Luca, el suelo se hundió, enviando rocas destrozadas volando en todas direcciones. Grietas se extendieron como telarañas por el suelo de piedra, que gemía bajo la inmensa presión.

Mientras el polvo se asentaba, emergió una figura plateada-blanca.