—Vamos —dijo Luca, ya acostumbrado al tipo de atención que estaba recibiendo, y no le dio mucha importancia. Bajo la mirada de la multitud, caminó con las mujeres hacia la Academia Estrellada.
El terreno del campus estaba pavimentado con losas de piedra blanca, y edificios de enseñanza imponentes, de estilo antiguo, se erguían orgullosos, rodeados de exuberante vegetación. Los estudiantes pasaban, riendo y charlando, creando una atmósfera animada.
El campus de la Academia Estrellada era muy diferente al de la Academia del Arce Rojo. No era solo el tamaño, sino también el estilo arquitectónico y los jardines bien cuidados lo que lo hacía sentir más refinado y minimalista, con toques de una institución académica moderna.