Los ojos de Alfredo estaban inyectados en sangre mientras miraba intensamente a Luca.
—¿Sabes cuánto vive la persona promedio? ¡Incluso un individuo de Nivel Trascendental apenas alcanza un siglo! ¿Y cuánto puede durar el imperio más poderoso? ¡Apenas decenas de miles de años!
—¡Pero los dioses son diferentes! ¡Poseen vidas casi ilimitadas y el poder de dar forma a mundos! Si Fratis se convierte en la Diosa del Alba, los ciudadanos del Imperio Clinton escaparán de la pobreza y se convertirán en el primer reino divino eterno en el Continente Eterno!
—¿Entiendes lo que eso significa?
—¡Significa que nuestro Imperio Clinton permanecerá por decenas de miles, cientos de miles, millones de años! ¡Será inmortal!
La voz de Alfredo resonó por todo el estudio.
Sus puños estaban fuertemente apretados, sus emociones a flor de piel, como si ya pudiera ver al Imperio Clinton convertirse en la joya más brillante del Continente Eterno, brillando eternamente bajo la luz de los dioses.