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A diferencia de los Nodos que había encontrado antes, este era mucho más pequeño, aproximadamente la mitad del tamaño de una puerta.
Desde la grieta de color negro intenso, oleadas de magia oscura surgían continuamente. Ocasionalmente, un monstruo confundido salía arrastrándose de la grieta y se materializaba en el mundo real. En comparación con la enorme horda de monstruos que había descendido sobre Ciudad de la Caída del Río, el número de monstruos que emergían de este Nodo era relativamente escaso. Parecía haberse abierto en un rincón apartado del Reino Demoníaco Abisal.
Mientras Luca estaba contemplando cómo destruir el Nodo.
La voz de Quagmire sonó detrás de él, llena de frustración. Apoyándose en sus rodillas, empapado en sudor, jadeaba para respirar. —¿Qué demonios... eres un corredor de maratón? ¿Cómo puedes correr tan rápido?