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Mar Occidental, una peligrosa región marítima, bajo un cielo de interminable azul.
Las gaviotas graznaban ruidosamente mientras se elevaban alto en el cielo.
Siete u ocho barcos de guerra cortaban las olas del mar azul profundo, con sus velas ondeando al viento.
Luca estaba sentado en la cubierta, sosteniendo una caña de pescar, disfrutando perezosamente de la brisa marina y la cálida luz del sol, completamente relajado.
—¡Informe, Lord Luca! Hemos entrado en las Aguas Azules, y deberíamos llegar a la Isla Serpiente esta tarde —dijo Isaac sin aliento, vestido con un traje de marinero, corriendo hacia él con Siete.
De pie detrás de Luca, ambos saludaron respetuosamente e informaron sobre el rumbo y la posición actual.
Una mirada más cercana revelaría que ambos jóvenes tenían varios grilletes especialmente elaborados en sus manos y pies.
Las runas en ellos brillaban, sellando toda su energía y poder.