Viendo al joven correr hacia la entrada de la Torre Sunshine, Coarmy se quedó de pie en el viento, irritado.
—¡Al menos déjame terminar de hablar, mocoso!
Apretando los dientes, le entregó el megáfono al oficial cercano y, ignorando las protestas, comenzó a trotar tras él.
—¡Luca, ellos fueron al piso veintiuno, no vayas al lugar equivocado! —gritó Coarmy desde atrás.
Luca no miró hacia atrás, haciendo un gesto rápido para mostrar que había entendido, y entró en la Torre Sunshine sin dudarlo.
Al pasar por las puertas giratorias, lo que encontró fue un vestíbulo completamente oscuro.
El amplio vestíbulo estaba inquietantemente vacío, y lo único visible era la tenue luz verde de las señales de salida de emergencia.
Lo que sorprendió a Luca fue que no sentía ningún rastro de Energía Demoníaca allí.
¿No se suponía que había algo grande por aquí? Si hubiera un monstruo, con su Percepción, no había manera de que no lo sintiera desde tan cerca...