Cuando Sofía miró, la criatura se congeló de repente. Su cabeza giró lentamente 180 grados, los huesos de su cuello crujiendo con un sonido nauseabundo, antes de fijar sus ojos en la Sofía de rostro frío y los soldados aterrorizados.
—Hissss —sonrió, revelando dientes afilados mientras sacaba una lengua serpentina rojo sangre. Sus pupilas verticales de color naranja brillaban como linternas en la oscuridad, creando un efecto espeluznante y antinatural.
Los ojos de Sofía se tornaron fríos. Sin dudarlo, los últimos restos de su energía mágica surgieron dentro de ella, haciendo que la temperatura en la bodega cayera en picado. Cadenas de cristal de hielo comenzaron a formarse en el aire, retorciéndose como serpientes mientras se disparaban hacia la criatura.