El vasto y vacío mar se extendía en tranquilo silencio, sin un solo sonido que se pudiera escuchar. Se sentía como si él fuera el único ser vivo en todo el océano.
Luca giró lentamente la cabeza para mirar detrás de él, solo para encontrar la superficie del mar completamente desprovista de cualquier cosa.
Los dos barcos que originalmente estaban situados en el Mar Negro Muerto no se veían por ninguna parte, habiendo desaparecido sin dejar rastro.
Incluso Sofía, Ellie, Isaac y El—todos ellos habían desaparecido.
En su lugar, solo había un ojo. ¡Un enorme ojo dorado que llenaba todo el horizonte, extendiéndose mucho más allá de la vista!
Este gigantesco ojo dorado estaba incrustado en el mar negro, observándolo fría e indiferentemente.
No había emoción en su mirada, ¡como si un dios estuviera mirando desde arriba a simples hormigas!
¡Monstruo de nivel Trascendental!