Innumerables naves voladoras y flotas oscurecían el cielo y el mar. Los cascos metálicos aerodinámicos de las embarcaciones pulsaban con Oleada de Maná. Los soldados del Imperio Via, vestidos con armaduras de batalla plateadas, estaban listos, sosteniendo sus armas de fuego, esperando órdenes.
En la vanguardia, en un enorme buque de guerra, la sala de mando tenía la atmósfera de tecnología de punta. Estaba llena de generales del Imperio Via, la mayoría de los cuales eran guerreros de nivel Superclase, con dos de ellos siendo incluso generales de Superclase Nivel Estrella.
El líder no era otro que el renombrado Rod Valvis, una potencia cuyo nombre resonaba en todo el Continente Eterno. Vestido con una armadura dorada, su expresión calmada, emanaba una presencia tan abrumadora que incluso estar de pie allí hacía que todos en la sala sintieran una inmensa presión.
—¿Cuál es la situación actual con el Imperio Clinton? —preguntó Rod, con voz firme.