Sintiendo la provocación en la mirada de Luca, la ira del hombre corpulento aumentó, su aura volviéndose más intensa por segundo. Sin embargo, sin importar cuán opresiva se volviera su presencia, Luca permaneció inmóvil, tan inquebrantable como una roca azotada por el mar. La niña pequeña, por otro lado, se encogió de miedo, escondiéndose detrás de Luca y sin atreverse a mostrarse.
¡Clap! ¡Clap! ¡Clap! Justo cuando las venas en la frente del hombre corpulento se hincharon, listo para hacer su movimiento, de repente sonaron aplausos desde detrás de él. Momentos después, una voz fuerte y clara de un hombre de mediana edad resonó en la escena.
—¡Jaja! Como era de esperar del gran héroe que salvó cien mil vidas de la horda de monstruos. ¡Verdaderamente notable!