Bajo la aplastante presión del momento, Luca y Nova reaccionaron de maneras marcadamente diferentes.
Luca agarró a Obsidiana con fuerza, sus ojos fríos fijos en la enorme serpiente demoníaca de tres cabezas.
Nova, aunque también sostenía su arma con firmeza, temblaba visiblemente. Su mirada hacia la serpiente estaba llena de puro terror, y sus piernas temblaban incontrolablemente.
—No has respondido a mi pregunta —dijo Zenobia en un tono escalofriante y siniestro.
—Entonces tomaré la decisión yo misma.
Las tres monstruosas cabezas de la serpiente se curvaron en sonrisas crueles y conocedoras.
Después de unos segundos de inquietante silencio, todas las miradas se dirigieron hacia Nova.
—Todavía quiero atormentarlo un poco más —se burló Zenobia—. Así que te enviaremos a ti primero.
En el momento en que las palabras se registraron, la desesperación inundó el rostro de Nova.
Pero no se rindió.