Los intensos golpes en la puerta dejaron tanto a Luca como a Sofía algo desconcertados.
—Iré a abrir la puerta, podemos hablar más tarde —dijo Luca rápidamente, dirigiéndose hacia la puerta.
En el momento en que la puerta se abrió, Zovland irrumpió con tres de sus subordinados.
—¿Necesitas algo? ¿Hay algo con lo que Estrella de la Mañana quiere que coopere? —preguntó Luca, su rostro endureciéndose en una expresión fría al ver a Zovland.
Zovland no respondió a la pregunta de Luca. En cambio, comenzó a escanear la habitación de Luca con sus ojos.
—¿Qué es exactamente lo que quieres? Si no te explicas claramente, no me culpes por ser descortés —dijo Luca, poniéndose delante de Zovland y sus hombres.
Aunque Luca no llevaba ningún arma en ese momento, todos podían sentir que estaba preparado para una pelea.
Zovland se burló fríamente.
—¡¿No sabes por qué estamos aquí?! ¡Sabes perfectamente lo que está pasando, y aun así sigues mintiendo!