Fang Hao había discutido una vez con Eira sobre el uso de la Poción Iluminadora para aumentar la fuerza física.
Aunque era raro entre el Clan de Orcos, algunos Orcos intentaban adquirirla a través de varios canales.
En otras palabras, la poción también funcionaba para los Orcos.
Ahora, tenía cinco pociones en su mano, listas para dárselas a Eira y algunas criadas que necesitaban salir de la ciudad. No solo ayudaría en la autodefensa, sino que también mejoraría su constitución física.
—Maestro, esto es muy valioso —susurró Eira.
Los Orcos que compraban pociones del Gremio de Alquimistas debían pagar caro, y no estaba garantizado que pudieran comprarla incluso si tenían dinero.
Aunque Fang Hao los trataba bien, seguía siendo una relación amo-esclavo.
—No es tan precioso. Habrá un hormigueo después de beberla. Esa es una reacción normal, no te preocupes demasiado —Fang Hao le entregó la poción a Eira.