La Llegada de Samuel

Riya revisó su teléfono y descubrió que Claire también había regresado a casa. De esta manera, solo quedaban tres personas en el dormitorio que no se atrevían a salir.

Ella, Amelia y Ruby.

Ruby podría no tener ningún lugar al que regresar porque su familia vivía lejos de aquí.

Además, ella tenía un inmenso amor por la investigación. Quedarse aquí y poder hacer investigación debería ser algo que le encantaba mucho.

—Pequeña Riya.

—¿Hmm?

—Mi hermano viene —Amelia sonrió amargamente—. Parece que pronto también volveré a casa.

—Esas son buenas noticias —Riya mostró una sonrisa.

Podría sentirse un poco sola al quedarse aquí por sí misma, pero también significaba que no tenía que preocuparse de que su secreto se filtrara a través de Amelia. No es que no confiara en Amelia, pero este secreto era pesado.

Riya no quería correr ningún riesgo.

—Pensé que podría quedarme aquí hasta que la niebla desapareciera. Parece que me llevarán de vuelta y me obligarán a entrenar de nuevo —Amelia tenía una sonrisa amarga.

Riya optó por no comentar nada. Después de experimentar ese mundo, ella misma preferiría tener algunos medios para protegerse. No es que este mundo no fuera seguro, pero viendo cómo el mundo estaba cambiando, tener algunos medios para protegerse la haría sentir más tranquila.

Al menos, Riya no quería tener un accidente.

—Esperemos que la niebla desaparezca pronto —Riya miró hacia afuera, pensando que efectivamente desaparecería.

Sin embargo, no sabía cómo el aumento de maná afectaría realmente al mundo a escala global. Los humanos normales no podrían sentir el maná cuando estaba tan diluido como ahora sin el método adecuado.

Pero aquellos con talento excepcional podrían verse afectados hasta cierto punto.

«Esperemos que no sea el comienzo de una nueva era extraña también».

Riya suspiró internamente.

—Sí.

—Además, ayúdame a limpiar. A tu hermano no le gustan las cosas desordenadas, ¿verdad? —Riya señaló la cocina donde técnicamente habían tirado toda la basura en bolsas de plástico amontonadas en la esquina.

No habían tenido tiempo de ocuparse de esto últimamente.

Simplemente estaban demasiado ocupadas.

La cara de Amelia se puso azul. —Me olvidé de esto... ¿Cómo lo sabías?

—Lo mencionaste en el chat en el pasado —Riya había sido compañera de cuarto de Amelia durante casi cuatro años. Todavía sabía algunas cosas que Amelia compartió a pesar del hecho de que Amelia en realidad pasó menos de medio año en el dormitorio durante los últimos cuatro años.

—Ah... Tienes buena memoria. Como se esperaba de la buena estudiante.

Riya puso los ojos en blanco y tiró de Amelia para que la ayudara en la cocina. No había manera de que estuviera dispuesta a ser la única que se ocupara del desorden.

No podían salir, así que la ropa se secaba usando el secador de pelo. No era la mejor opción, pero era mejor que nada. Afortunadamente, la electricidad no estaba cortada. Todavía podían usar el gas y muchas otras cosas.

Después de una hora de dar vueltas, la habitación finalmente estaba lo suficientemente limpia.

Bueno, no muy limpia pero estaba lo suficientemente presentable.

¡Toc! ¡Toc!

—Mi hermano debe estar aquí —Amelia dio un paso adelante y miró por el agujero. Al ver a su hermano, quitó el seguro y abrió la puerta.