Juliana no pudo evitar apretar los puños, sus uñas clavándose en su carne. Dijo:
—Te han engañado. Ella no es Randall.
Zoe se burló:
—Si ella no es Randall, ¿lo eres tú?
Los ojos de Juliana se entrecerraron, pensando «ella era efectivamente Randall».
Zoe recuperó su teléfono y miró a Juliana:
—Señora Leach, el Twitter de mi profesora ya ha certificado que ella es Randall, y ha mostrado la pintura de Randall para probar que ella es Randall.
Fue una coincidencia que Zoe se convirtiera en estudiante de Randall.
Ahora era estudiante de Randall y estaba orgullosa.
Ahora era ella quien ayudaría a su profesora a resolver el incidente de alguien que la estaba imitando.
Si Juliana no fuera la Señora Leach, ni siquiera sería tan educada con ella.
Juliana levantó la cabeza de nuevo y ocultó todas sus emociones mientras decía con una mirada indiferente:
—Si ella lo dice, que así sea.
Pronto, haría que Wendy dejara de ser Randall.
Zoe volvió al punto: