Capítulo 107: Malcriada

—Nada. Solo quiero ser una malcriada —dijo Juliana mirándola.

—¡Inculta alborotadora! ¡Cómo te atreves a golpear y regañar a tu tía! No eres una hija de la familia Lewis —siguió gritando Miriam cuando su temperamento volvió a subir.

En ese momento, la criada trajo apresuradamente un gran cubo de agua y lo colocó al lado de Juliana.

Juliana miró a Miriam, que seguía llorando y maldiciéndola.

Levantó el cubo y vertió el agua sobre Miriam.

—¡Ah!

El agua fría se derramó repentinamente, haciendo que Miriam temblara y gritara.

Juliana arqueó ligeramente las cejas cuando vio que incluso había hielo en el agua.

En el calor del día, Miriam temblaba por el agua helada. Levantó la mano y señaló a Juliana:

—Tú... Tú...

Juliana dejó el cubo y miró a Miriam con indiferencia:

—¿Ves? Esto es lo que llamaste una alborotadora.

Miriam estaba tan furiosa que le temblaban las manos.

El tío abuelo Danie lo observó y golpeó la mesa con su mano: