—¿Es diferente? —exclamó Sebastián confundido e inmediatamente se concentró—. A mí me parecen iguales.
—No es lo mismo —dijo Juliana mientras sacaba la hoja y la colocaba sobre la mesa—. Mira la palabra de este componente, esta letra era l la última vez, y esta vez es I.
—Creo que son iguales incluso si las miro con una lupa —dijo Sebastián mientras miraba la letra que Juliana señalaba con los ojos muy abiertos, rascándose la parte posterior de la cabeza.
—Jill dijo que es una l minúscula. La última letra era una I mayúscula —dijo Benson mirándola.
—Sí, una letra diferente en una palabra significa un mundo de diferencia —asintió Juliana.
—No puede ser. Había tantas letras en la hoja de prueba la última vez y ahora el Maestro la mira y sabe que las letras son diferentes —dijo Sebastián confuso.
—Trae el último informe de prueba aquí y solo compara este con el otro y lo sabrás —lo miró Juliana.
«Juliana está exagerando», pensó Sebastián sin creerlo.