Benson dijo con indiferencia:
—No rechazo la amabilidad de la Abuela, pero rechazo un tazón que tus manos hayan tocado.
Añadió con disgusto:
—¡Sucia!
La sonrisa en el rostro de Selene se congeló, pero aun así trajo la sopa.
Juliana observó el espectáculo y no se preocupó en absoluto.
Selene caminó paso a paso hacia Benson, sosteniendo el tazón.
—Ah.
Con un golpe seco, el tazón en su mano cayó al suelo y se rompió en pedazos.
Selene gritó cuando se torció el tobillo y se lanzó hacia adelante.
Sus ojos se abrieron con horror mientras miraba a Benson frente a ella:
—¡Ayúdame! Ah...
Juliana giró la cabeza y observó la escena con calma.
Selene estaba a punto de saltar directamente a los brazos de Benson.
Y a juzgar por la distancia y la dirección, Selene probablemente besaría la boca de Benson, y la mano que extendía estaría sobre el pecho de Benson o en su entrepierna.