En comparación con el sarcasmo de Selene en los cumplidos explícitos, el insulto directo de Juliana podría causar más ira que cualquier otra cosa.
Selene no pudo contenerse y miró a Juliana con enojo, pero dijo agraviada:
—¿Qué te he hecho para que me guardes tanto rencor?
Juliana le sonrió:
—Tu nacimiento es un error. Eso es lo que le pasa a una hija de una amante.
Selene no pudo responder y tiró de la manga de la Abuela lastimosamente.
Sus ojos estaban rojos y llenos de lágrimas:
—Abuela, mira... vine a visitarla con buenas intenciones, y así es como me trata.
En el pasado, la Abuela se habría enojado con Juliana y habría defendido a Selene.
Pero ahora, la Abuela también sentía que lo que Selene acababa de decir podría sonar como un cumplido, pero era diferente cuando lo pensaba bien.
La Abuela miró a Selene con disgusto y con cara malhumorada:
—Estás aquí para visitar a Jill. No estás en un funeral. ¿Por qué lloras y haces que parezca que todo el mundo te está acosando?