Al principio, Juliana no había sentido culpa por el hecho de haberse casado con Benson por venganza.
La familia Leach la había obligado a casarse con Benson para traerle suerte.
Y ella se había casado con Benson por venganza.
Solo habían tomado lo que querían.
Pero posteriormente, la forma en que Benson la trataba había cambiado. Él tenía sentimientos por ella y haría cualquier cosa por ella.
Ya no era solo cuestión de conseguir lo que cada uno quería. Era injusto para Benson y ella no lo merecía.
Juliana no era adversa a la intimidad de Benson, pero tampoco sabía si le gustaba.
Ella deseaba venganza, pero no podía usar el afecto de Benson para obtener su propia venganza.
No podía convertirse en el tipo de personas que detestaba y odiaba.
Si lo hacía, ¿en qué se diferenciaría de Stewart y Wendy?
Benson entrecerró los ojos mirando a Juliana, su voz fría y llena de peligro:
—¿Quieres el divorcio?
Juliana lo miró con ojos grandes...