212 Consecuencia Maligna

Juliana escuchó el alboroto al otro lado del teléfono mientras observaba la escena caótica en la habitación.

Sebastián ni siquiera se atrevió a levantarse después de caer al suelo y preguntó apresuradamente:

—Maestro, me está llamando tan temprano. ¿Qué sucedió?

Juliana, al ver a Selene llorando desconsoladamente, preguntó con el ceño fruncido:

—¿Qué le pasa a Selene? ¿No se suponía que estaría bailando en el Club Moonshine hasta las seis de la mañana?

Al escuchar esta pregunta, Sebastián guardó silencio.

Juliana frunció el ceño:

—¿Lo hiciste?

Sebastián no lo negó:

—Se lo merecía. ¡Solo hice que fuera víctima de sus propias malas acciones!

—¿Qué quieres decir? —preguntó Juliana.

Sebastián no quería contarle a Juliana algo tan sucio, pero ahora que ya lo había descubierto, era imposible ocultárselo más.

Sebastián dijo: