Benson miró a Juliana con confusión.
—Bueno, me voy a casa. Ve tú a celebrar con ellos —le dijo Juliana a Billy.
—Juliana, ¿no vienes a celebrar? Es una gran celebración —suspiró Billy, un poco frustrado.
Juliana quería negarse porque sabía que Benson no iría.
—Puedes traer a tu esposo contigo. Solo vamos a comer algo y tomar una copa. Los chicos aún no conocen al esposo de Juliana —miró Billy a Benson y rápidamente dijo.
—No, a Benson no le gusta... —dijo Juliana.
—Ya que es una celebración, Jill debería ir —la interrumpió Benson antes de que pudiera terminar su frase.
—Tú no... —miró Juliana a Benson sorprendida.
A él no le gustaban las multitudes, ¿verdad?
—Vamos —dijo Benson tomando la mano de Juliana.
Juliana asintió y siguió a Benson obedientemente.
Billy miró a los dos con sus dedos entrelazados y eructó. Ni siquiera había bebido nada pero ya estaba lleno.