—¡Si vuelves a decir que Benson está loco, te golpearé! —Juliana miró fríamente a Selene.
—Hermana, ¿tienes síndrome de Estocolmo o tendencias masoquistas? —Selene apretó los labios y miró preocupada a Juliana—. Estoy tratando de salvarte. ¿Por qué estás ayudando al lunático?
La mirada de Juliana se volvió fría y levantó la mano para golpear a Selene.
Sin embargo, su mano solo iba por la mitad cuando Timothy la atrapó.
Juliana miró a Timothy sin hablar.
Este cuestionamiento silencioso hizo temblar el corazón de Timothy. Rápidamente la soltó y habló suavemente:
—Señora Leach, esta es mi fiesta. Por favor, no use la violencia aquí.
—Señor Greene, la está defendiendo —Juliana miró a Timothy y sonrió.
—Ella será una artista de mi compañía y es mi deber como jefe —explicó Timothy.
Juliana miró a Timothy. Ahora era una extraña para él, ya no era Miranda, quien había actuado como una niña frente a él.
Además, ella había malinterpretado a Timothy en su vida anterior.