Capítulo 233 Dulces Palabras

Juliana estaba pensando cuando de repente levantó la mirada hacia Benson y lo llamó con voz profunda:

—Benson.

—¿Hmm? —dijo Benson.

—Si un día yo no fuera yo, ¿me reconocerías? —le preguntó Juliana seriamente.

—¿Que no fueras tú? ¿Como qué? —dijo Benson entrecerrando los ojos.

—Por ejemplo, si engordara o me desfigurara, o si alguien tuviera la misma cara y voz que yo, ¿podrías notar la diferencia? —dijo Juliana.

No podía decir, por supuesto, cosas tan absurdas como que había muerto y renacido como otra persona.

—Lo primero no podría suceder y en cuanto a lo segundo, sí puedo —rió suavemente Benson.

—¿En serio? ¿Y si el sonido de la voz fuera tan parecido que ni yo misma pudiera notar la diferencia? —preguntó Juliana un poco incrédula.

—De verdad, puedo reconocerte si eres tú —dijo Benson apretándole la palma de la mano.

A él no le gustaba hacer promesas, pero ya que ella preguntó, prometió y lo cumpliría.