Juliana dijo sombríamente:
—No necesito saber la historia. ¡Solo necesito saber que si es Benson, nunca encontrará un doble!
—¡Benson nunca te querrá a ti, que seguías diciendo que amabas a Miranda pero tienes una nueva novia. ¡Simplemente no mereces quererla!
Se escuchó un fuerte ruido al otro lado del teléfono.
Juliana se mordió los labios y contuvo la respiración. No quería decir tales palabras para herir a Timothy. Pero tenía que hacerlo ahora.
El puño de Timothy golpeó la mesa, y su puño sangró. Sus ojos estaban rojos, y su voz era amargamente fría:
—Juliana, más te vale rezar para que no nos encontremos; de lo contrario, te mataré.
Dijo fríamente:
—Sobre el plagio, no me importan las palabras de Wendy. ¡Te haré ir al infierno!
Después de decir eso, Timothy colgó el teléfono, y toda su persona se derrumbó en una silla como si se hubiera vaciado de todas sus fuerzas en un instante.