Una cita secreta Parte 1

—Ummm... Mikel... —murmuró Sylvia vacilante, pasando sus dedos por los mechones dorados del hombre recostado en su regazo, quien le respondió rápidamente, aunque con los ojos aún cerrados.

—¿Sí, querida?

—¿No te meterás en problemas por estar aquí conmigo... así... cuando hay tanta gente en el castillo...?

—¿Hmmm?

—Alguien podría vernos... ¿Tal vez Priscella o una de sus criadas?

—¿Que nos vean?

—Oye. Hablo en serio —Sylvia pellizcó la cara despreocupada y presumida del diablo en su regazo—. Estoy bien. No tienes que quedarte aquí y arriesgarlo todo por mí.

—¿Eh? Bastante egocéntrica, ¿no? Me quedo aquí por mí. No por ti. Me siento mal cuando estoy lejos de ti.

Entonces atrajo a la mujer hacia abajo para capturar su boca con la suya, besándola suave y gentilmente.

—¿Ves... no puedo hacer esto cuando quiero si estoy lejos de ti —suspiró Mikel.