Antes de que pudiera siquiera procesar el hecho de que su habitación había sido entregada a su hermano, Ruth ya estaba allí, metiendo su opinión en la conversación.
—Phoebe, no te enojes con la tía. No es como si todavía vivieras aquí de todos modos. ¿No es mejor que Nick tenga la habitación?
—Oh cállate Ruth, por una vez en tu vida cierra tu bocota y mantente fuera de los asuntos de mi familia —Phoebe explotó.
Ya no podía contener su ira. Parecía que todos la daban por sentada y la usaban como saco de boxeo. En ese preciso momento, su hermano se levantó, caminó en su dirección y se detuvo en la puerta. Luego, la cerró de un golpe como si el ruido estuviera interfiriendo con una tarea importante que estaba haciendo.
Phoebe movió la lengua hacia arriba y luego hacia un lado mientras se reía. Parecía que esto era todo el agradecimiento que iba a recibir por comprarle a su familia una bonita casa. Las críticas de su madre en defensa de Ruth no mejoraron las cosas.